Historia

El Escuadrón 201 era un grupo selecto -la élite- de voluntarios compuesto por los mejores pilotos y el mejor personal de base que había en México, reclutas de diversos ramos del servicio militar. Venciendo las dificultades de idioma, de discriminación y de diferencias culturales, los pilotos completaron su capacitación de combate en las bases de los estados de Texas y de Idaho antes de partir a las Filipinas en 1945. Una vez ahí, volaron en misiones de apoyo aereo cercano ayudando así a tropas Norteamericanas y Filipinas en la liberación del Luzón central y sureño, regiones que habían sido tomadas por los japoneses. Pese a las diferencias de lenguaje y de procedimientos de operación, es decir, a las condiciones adversas de clima y de vuelo, las misiones de combate de dicha unidad fueron altamente efectivas, obteniendo así el elogio y reconocimiento del comandante de las fuerzas aliadas, el Gral. Douglas MacArthur, así como del jefe de la 5a Fuerza Aérea, el Gral. George Kenney. El escuadrón fue condecorado por los gobiernos de los EE.UU., México, y las Filipinas y se les considera a los veteranos que le sobreviven a esta unidad como héroes nacionales en su país.

Conocidas como las 'Águilas Aztecas', el escuadrón voló como anexo al Grupo 58 de combate de la 5a Fuerza Aérea del Ejército de los EE.UU. -el USAAF- en la liberación de la isla madre de Luzón durante el verano de 1945. Aunque complementaba a dicho grupo, el 58, como cuarto escuadrón para fines operativos, oficialmente eran una entidad independiente cuya unidad formaba la fuerza aérea expedicionaria nacional bajo el cargo del Coronel Antonio Cárdenas Rodríguez, quien después de la guerra encabezara la Fuerza Aérea Mexicana.

En aquel entonces el escuadrón consistía de 30 pilotos seleccionados "a mano" de entre lo mejor más un personal de apoyo de aproximadamente 260 con diversas especialidades de aviación: armeros, peritos en radar y radio, inteligencia, meteorología, voluntarios de administración así como de mantenimiento …todos ellos altamente dedicados a su deber. Pusieron en vuelo a unidades tipo Republic P-47D bajo el programa estadounidense de alquiler y préstamo; eran aviones caza "Thunderbolt" de un asiento con las cuales llevaron a cabo misiones tácticas de apoyo aéreo para las tropas aliadas así como misiones de bombardeo sobre diversos blancos. Cumplieron misiones de vuelo contra bases japonesas y sobre talleres, vehículos en convoy, emplazamientos de artillería, proveedurías de parque y materiales -y contra concentraciones de soldados. De igual manera, fueron partícipes de peligrosos vuelos en barrida sobre lejanos territorios y cumplieron misiones de bombardeo sobre las islas ocupadas de Formosa (ahora Taiwán), como preludio a las invasiones contra el Japón.

Luego de su orientación en Mayo de 1945 para vuelos de combate y acompañados por pilotos norteamericanos del Grupo 58, el escuadrón voló unas 60 misiones por su cuenta durante los meses de Junio, Julio y Agosto del mismo año y se preparaban para tomar parte de la invasión de Okinawa cuando llegó a su fin la guerra. Fueron 31 los pilotos que volaron en misión de guerra sobre el teatro del pacífico; cinco de ellos jamás volvieron. Las bajas consistieron del piloto Fausto Vega Santander quien fue tiroteado durante una misión de bombardeo en picada; tres que cayeron víctimas del severo e imprevisible clima en aquella parte del Pacífico; y uno que murió al probar un P-47 en vuelo.

A su triunfante regreso a la ciudad de México en el otoño de 1945, los miembros de la Fuerza Aérea Expedicionaria fueron recibidos como héroes nacionales por grandes multitudes. En el Zócalo histórico, durante la ceremonia de presentación de su estandarte de batalla al supremo comandante, cada miembro de la unidad fue condecorado por mano del Presidente Manuel Ávila Camacho con una medalla especial, exclusivamente producida para el escuadrón, la Medalla de Servicio en el Lejano Oriente. Desde entonces se han levantado monumentos y se han nombrado calles, vecindarios y escuelas en México en honor del Escuadrón 201 -y en Manila de las islas Filipinas existe también un monumento que los recuerda. Mucho de los integrantes han pasado con éxito a otras carreras de la vida, algunos como líderes de la aviación civil o del ejército mexicano, otros como hombres de negocio, educadores e ingenieros; cinco de los pilotos llegaron a ser generales de la FAM.

Con todo y lo significativo que fueron sus logros militares, quizá lo más contundente e importante como legado del Escuadrón 201 es el progreso que brindó tanto al entendimiento como a la cooperación que se ha venido fomentando entre los pueblos y los gobiernos de Norteamérica y de México. Es además, la justa representación de un sano orgullo nacional y cultural para todos los mexicanos.

Nota: Resumen proporcionado por Sig Unander

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